Poema de Silvia OrtizDESGÁRRAME SI QUIERESDesde ahora y para siempre/te entrego mi infortunio/
ya muerta va la aurora/la losa terca mira/
fracciona así la cena/ ¿No emergen los planetas
la copa de la ofrenda? /no tuercen los casquillos
en el roer del tiempo? / yo instauro minutero/
no soy el dueño eterno/el ruido de los mares/
en el solar ajeno/yo porto mocedades/
en mi columna ciega.
Yo tengo los infiernos/ pendientes de una pena
ferméntame de a pocos en el farol del hoyo/
me muerde el equilibrio de mi yaciente aguardo/
cultívame si quieres bajo el leño gris, /
no extiendas más la tregua, alguna ya no ruega/
no ruegues a los santos el madrigal entero.
Desgárrame en la pared de parcos los olvidos/
cortadme si es preciso a trozos de mi trozo/
y en mi inocencia huerta, los caucus me disparan/
y andan ven lo exijo vierte ya mi sangre/
sobre la nada insulsa se ondula todo el orbe/
quietud en los quejidos invierno parco y pobre/
crujir de los muchachos.
No entregues ya mis sienes en ojos que ya excuso/
yo exculpo aires fuertes/la paz es mi arrecife/
mi monte y mi cabaña/no alteres mi lamento/
no culpes a la masa /que me sello en el vientre/
dispara ya la rabia que aguardo fiel silente/
no guardes cara y naipe/los cielos frente al fuego/
claudícame si quieres/ desgarra si es preciso/
el paulatino abrigo.
El cuño leve va y el filo del cuchillo/la muerte ya alcanza/
y al filo de la hoguera/entrégame despacio/ con muerte/
si es preciso/las fuertes llamas arden/ no temas no hay delirio,
no extiendas otro beso que ausente lleva vida/ no vayas tan pujante/de nada sirve el llanto/tu fuego se ha extinguido/
en cada beso muerto/derríbame de nuevo.
Arráncame de nuevo el pecho/ el esternón/
la mirra ya hizo nido en citas de la alcoba/
el estilete crudo/ la posadera floja/
pendiente del torpedo/los huesos en su fila/
la carne en el hollejo impuro/me vierte cada beso/
que se llevó mi fuente/ la cobardía hiere, mi cal/
mi sol en tu cintura/ferméntame si quieres/
mañana tarde y noche/no alcanzan ya los montes/
ni fuegos/ni el madrigal hediondo, yo tengo ya bastante/
al Dios de los quereres, al Dios que es vivo el hombre/
al Dios que me arremete/al que festivo anda y a recibirme
espera/me muerde el ancla humana/ me guarda el ángel/
mi ángel de mi guarda/ el ángel vivo y bueno resguarda/
pleno calco/la ausencia de mi sombra/mi nombre fue abatido/
en la espesura intacta.
Silvia Ortiz Escritora-poeta, Virginia,
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